La Vida Apostólica

Testimonio de Vida Consagrada

El apostolado de las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Inmaculada "consiste, primeramente, en el testimonio de su vida consagrada, que han de fomentar con la oración y la penitencia"

Impulsadas por la caridad que el Espíritu Santo derrama en sus corazones, vivan cada vez más para Cristo y su Cuerpo que es la Iglesia. Y cuanto más fervientemente se unan a Cristo por su entrega personal durante toda la vida, tanto más desarrolle la vida de la Iglesia y más vigorosamente fecunde su apostolado.

Nuestro Carisma Apostólico

Nuestro carisma de apostolado es el de Adora Reparar y Servir franciscanamente, bajo el signo sencillez, humildad, pobreza y caridad evangélica, a través del testimonio de la Vida Consagrada en los Ejercicios Espirituales, Pastoral Educativa, Misiones, Pastoral Social, Pastoral de la Salud, entre otras obras que surjan, bajo las orientaciones y directrices de la Iglesia.

El apostolado y Nuestra Madre Fundadora

En el campo del apostolado, esfuércense las Hermanas por observar la exhortación de nuestra Madre Fundadora: "Todas las Hermanas marchen por sendas de una verdadera y sólida santificación, vez que sus arduas labores de apostolado, sean agradables a Dios nuestro Señor y propendan a la salvación de las almas ".